El pequeño
obstáculo
1. Un pequeño obstáculo les puede parecer muy grande a los que aún no
comprenden que los milagros son todos el mismo milagro. Mas enseñar esto es la
finalidad de este curso. Ése es su único propósito, pues es lo único que hay
que aprender. Y lo puedes aprender de muchas maneras. Todo aprendizaje o bien
es una ayuda para llegar a las puertas del Cielo o bien un obstáculo. No hay
nada entremedias. Hay solamente dos maestros y cada uno de ellos señala caminos
diferentes. Y tú seguirás el camino que te señale el maestro que hayas elegido.
Solo hay dos direcciones que puedes seguir, mientras perdure el tiempo y elegir
tenga sentido. Pues jamás se podrá construir otro camino, salvo el que conduce
al Cielo. Tú solo eliges entre ir al Cielo o no ir a ninguna parte. No hay más
alternativas que éstas.
2. Lo único que se puede perder es tiempo, el cual, en última instancia,
no tiene ningún sentido. Pues solo supone un pequeño obstáculo para la
eternidad y no significa nada para el verdadero maestro del mundo. Sin embargo,
dado que crees en el tiempo, ¿por qué desperdiciarlo no yendo a ninguna parte,
cuando lo puedes utilizar para alcanzar la meta más elevada que se puede lograr
mediante el aprendizaje? No pienses que el camino que te conduce a las puertas
del Cielo es difícil. Nada que emprendas con un propósito firme, con absoluta
determinación y lleno de una feliz confianza, llevando a tu hermano de la mano
y en armonía con el himno del Cielo, puede ser difícil. Lo que en verdad es
difícil es vagar solo y afligido, por un camino que no conduce a ninguna parte
ni tiene ningún propósito.
3. Dios te dio Su Maestro para que reemplazara al que tú inventaste,
no para que estuviese en conflicto con él. Y lo que Él ha dispuesto reemplazar
ya ha sido reemplazado. El tiempo tan solo duró un instante en tu mente y no
afectó a la eternidad en absoluto. Y así es con todo el tiempo que ha pasado; y
todo permanece exactamente como era antes de que se construyese el camino que
no lleva a ninguna parte. El brevísimo lapso de tiempo en el que se cometió el
primer error—en el que todos los demás errores están contenidos—encerraba
también la Corrección de ese primer error y de todos los demás que partieron de
él. Y en ese breve instante el tiempo desapareció, pues eso es lo único que
siempre fue. Aquello a lo que Dios dio respuesta ha sido resuelto y ha
desaparecido.
4. A ti que aún crees vivir en el tiempo sin saber que ya desapareció,
el Espíritu Santo te sigue guiando a través del laberinto infinitamente pequeño
e insensato que todavía percibes en el tiempo a pesar de que ya hace mucho que
desapareció. Crees estar viviendo en lo que ya pasó. Cada cosa que ves la viste
solo por un instante, hace mucho, antes de que su irrealidad sucumbiera ante la
Verdad. No hay ni una sola ilusión en tu mente que no haya recibido respuesta. La
incertidumbre se llevó ante la certeza hace tanto tiempo que es ciertamente
difícil seguir abrigándola en tu corazón como si aún estuviera ante ti.
5. Ese ínfimo instante que deseas conservar y hacer eterno, se
extinguió tan fugazmente en el Cielo que ni siquiera se notó. Lo que
desapareció tan rápidamente que no pudo afectar el conocimiento del Hijo de Dios,
no puede estar aún ahí para que lo puedas elegir como maestro. Solo en el
pasado—un pasado inmemorial, demasiado breve como para poder erigir un mundo en
respuesta a la Creación—pareció surgir este mundo. Ocurrió hace tanto tiempo y
por un intervalo tan breve que no se perdió ni una sola nota del himno
celestial. Sin embargo, en cada acto o pensamiento que aún no hayas perdonado,
en cada juicio y en cada creencia en el pecado, se evoca ese instante, como si
se pudiera volver a reconstruir en el tiempo. Lo que tienes ante tus ojos es
una memoria ancestral. Y quien vive solo de recuerdos no puede saber dónde se
encuentra.
6. El perdón es lo que nos libera totalmente del tiempo y lo que nos
permite aprender que el pasado ya pasó. Ya no se oye hablar a la locura. No hay
ningún otro maestro ni ningún otro camino. Pues lo que ha sido erradicado ha
dejado de “existir”. ¿Y quién puede encontrarse en una ribera lejana, soñando
que está al otro lado del océano en un lugar y en un tiempo que hace mucho que
desaparecieron? ¿Cómo iba a poder impedir ese sueño que él esté donde realmente
se encuentra? Pues donde él está es un hecho, y sus sueños, de la clase que
sean, no pueden cambiarlo. Con todo, puede imaginarse que está en otro lugar y
en otro tiempo. Lo que a lo sumo puede hacer es engañarse a sí mismo creyendo
que eso es verdad, y convertirlo de meras imaginaciones en creencias y en
locura, completamente convencido de que donde prefiere estar es donde está.
7. Mas ¿podría eso impedirle estar dónde está? ¿Es cualquier eco del
pasado que pueda oír un hecho en comparación con lo que se puede oír donde él
está ahora? ¿Y en qué medida pueden sus propias ilusiones con respecto al
tiempo y al espacio cambiar el lugar donde él realmente está?
8. Lo que no se ha perdonado es una voz que llama desde un pasado que
ya pasó para siempre. Y lo único que la considera real es el deseo de que lo
que ya pasó pueda volver a ser real y verse aquí y ahora, en lugar de lo que
realmente se encuentra aquí y ahora. ¿Supone esto acaso un obstáculo para la
verdad de que el pasado ya pasó y de que no se te puede devolver? ¿Y querrías
conservar ese temible instante en el que el Cielo pareció desaparecer y a Dios
se le temió y se le convirtió en el símbolo de tu odio?
9. Olvídate de ese momento de terror que ya hace tanto tiempo que se
corrigió y se des-hizo. ¿Podría acaso el pecado resistir la Voluntad de Dios? ¿Podría
estar en tus manos poder ver el pasado y ubicarlo en el presente? No puedes
volver a él. Y todo lo que señala hacia él no hace sino embarcarte en una
misión cuya consecución solo podría ser irreal. Tal es la justicia que tu
Amoroso Padre se aseguró de que se hiciera contigo. Y te ha protegido de tu
propia injusticia contra ti mismo. No puedes extraviarte porque no hay otro camino
que el Suyo y no puedes ir a ninguna parte excepto hacia Él.
10. ¿Cómo iba a permitir Dios que Su Hijo se extraviase por un camino
que es solo la memoria de un instante que hace mucho que pasó? Este curso te
enseña solo lo que es ahora. Un terrible instante de un pasado lejano que ha
sido completamente corregido no es motivo de preocupación ni tiene valor alguno.
Deja que lo muerto y lo pasado descansen en el olvido. La resurrección ha
venido a ocupar su lugar. Y ahora eres parte de la resurrección, no de la
muerte. Ninguna ilusión del pasado tiene el poder de retenerte en un lugar de
muerte; una bóveda en la que el Hijo de Dios entró por un instante, para ser
restaurado instantáneamente al perfecto Amor de su Padre. ¿Y cómo podría
mantenérsele encadenado cuando hace tanto tiempo que se le liberó de las
cadenas, las cuales desaparecieron de su mente para siempre?
11. El Hijo que Dios creó sigue siendo tan libre como Dios lo creó. Renació
en el mismo instante en que eligió morir en vez de vivir. ¿Y te negarías ahora
a perdonarlo porque cometió un error en un pasado que Dios ni siquiera recuerda
y que no existe? Estás ahora oscilando entre el pasado y el presente. A veces
el pasado te parece real, como si fuera el presente. Oyes voces del pasado y
luego dudas de haberlas oído. Eres como alguien que aún tiene alucinaciones,
pero que no está seguro de lo que percibe. Ésta es la zona fronteriza entre los
dos mundos, el puente entre el pasado y el presente. Aquí todavía ronda la
sombra del pasado; sin embargo, se vislumbra ya la luz del presente. Una vez
que esta luz se ve, es imposible olvidarse de ella. Y esa luz te rescatará del
pasado y te conducirá al presente, donde realmente te encuentras.
12. Las sombrías voces no alteran las leyes del tiempo ni las de la
eternidad. Proceden de lo que ya pasó y dejó de ser, y no suponen ningún
obstáculo para la verdadera existencia del aquí y del ahora. El mundo real es
la contrapartida a la alucinación de que el tiempo y la muerte son reales y de
que tienen una existencia que puede ser percibida. Esta terrible ilusión fue
negada en el mismo lapso de tiempo que Dios tardó en responder a ella para siempre
y en toda circunstancia. Y entonces desapareció y dejó de experimentarse como
algo que estaba ahí.
13. Cada día, y cada minuto de cada día, y en cada instante de cada
minuto, no haces sino revivir ese instante en el que la hora del terror ocupó
el lugar del amor. Y así mueres cada día para vivir otra vez, hasta que cruces
la brecha entre el pasado y el presente, la cual en realidad no existe. Esto es
lo que es toda vida: un aparente intervalo entre nacimiento y muerte y de nuevo
a la vida; la repetición de un instante que hace mucho que desapareció y que no
puede ser revivido. Y el tiempo no es otra cosa que la creencia demente de que
lo que ya pasó todavía está aquí y ahora.
14. Perdona el pasado y olvídate de él, pues ya pasó. Ya no te
encuentras en el espacio que hay entre los dos mundos. Has seguido adelante y
has llegado hasta el mundo que yace ante las puertas del Cielo. Nada se opone a
la Voluntad de Dios ni hay necesidad de que repitas una jornada que hace mucho
que concluyó. Mira a tu hermano dulcemente, y contempla el mundo donde la
percepción de tu odio ha sido transformada en un mundo de amor.
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