La luz que traes
contigo
1. Las mentes que están unidas, y que reconocen que lo están, no
pueden sentir culpabilidad. Pues no pueden atacar, y se regocijan de que así
sea, al ver que su seguridad reside en ese hecho feliz. Su alegría radica en la
inocencia que ven. Y por eso la buscan, puesto que su propósito es contemplarla
y regocijarse. Todo el mundo anda en pos de lo que le proporcionaría alegría,
según cada uno la define. No es el objetivo en sí lo que varía. Sin embargo, la
manera en que se ve el objetivo es lo que determina la elección de los medios,
y lo que hace que éstos no puedan cambiar a no ser que se cambie el objetivo. Si éste cambia, se escogen otros medios, ya
que lo que ha de proporcionar felicidad se define de otra manera y se busca de
forma distinta.
2. Podría afirmarse, por lo tanto, que la ley básica de la percepción
es: “Te regocijarás con lo que veas, pues lo ves para regocijarte”. Y mientras
creas que el sufrimiento y el pecado te pueden proporcionar alegría, seguirán
estando ahí para que los veas. Nada es perjudicial o beneficioso aparte de cómo
tú desees que sea. Tu deseo es lo que determina los efectos que ha de tener
sobre ti, pues lo elegiste como un medio
para obtener esos efectos, creyendo que eran los portadores del regocijo y la
dicha. Esta ley rige incluso en el Cielo. El Hijo de Dios crea para ser feliz,
puesto que comparte con su Padre el propósito que Éste tuvo al crearlo a fin de
que su dicha fuera cada vez mayor y la de Dios junto con la suya.
3. Tú que eres el hacedor de un mundo que no es así, descansa y halla
solaz en otro mundo donde mora la paz. Ése es el mundo que le llevas a todos
los ojos fatigados y a todos los corazones desfallecidos que contemplan el
pecado y entonan su triste estribillo. De ti puede proceder su descanso. De ti
puede surgir un mundo cuya contemplación los hará felices y donde sus corazones
estarán rebosantes de dicha. De ti procede una visión que se extiende hasta
todos ellos, envolviéndolos con dulzura y luz. Y en este creciente mundo de
luz, las tinieblas que ellos pensaban que estaban ahí se desplazan hasta
convertirse en sombras lejanas y distantes, que no se recordarán por mucho
tiempo una vez que el sol las haya desvanecido. Y todos sus pensamientos
“malvados” y esperanzas “pecaminosas”, sus sueños de culpabilidad y venganza
despiadada, así como todo deseo de herir, matar y morir desaparecerán ante el
sol que traes contigo.
4. ¿No desearías hacer esto por el Amor de Dios? ¿Y por ti mismo? Piensa en lo que ello representaría para
ti. Pues los pensamientos “malvados” que
ahora te atormentan te parecerán cada vez más remotos y alejados de ti. Y esto
es así porque el sol que mora en ti ha despuntado para desvanecerlos con su
luz. Persisten por un corto tiempo en formas enrevesadas, demasiado distantes
como para que se puedan reconocer y luego desaparecen para siempre. Y en la luz
del sol te alzarás sereno, lleno de inocencia y sin temor alguno. Y desde ti,
el descanso que encontraste se extenderá para que tu paz jamás pueda abandonarte
y dejarte desamparado. Aquellos que ofrecen paz a todo el mundo han encontrado
un hogar en el Cielo que el mundo no puede destruir. Pues es lo suficientemente
grande como para contener al mundo entero dentro de su paz.
5. En ti reside el Cielo en su totalidad. A cada hoja seca que cae se
le confiere vida en ti. Cada pájaro que alguna vez cantó cantará de nuevo en
ti. Y cada flor que alguna vez floreció ha conservado su perfume y hermosura
para ti. ¿Qué objetivo puede suplantar a la Voluntad de Dios y a la de Su Hijo
de que el Cielo le sea restituido a aquel para quien fue creado como su único
hogar? No ha habido nada ni antes ni después. No ha habido ningún otro lugar,
ningún otro estado ni ningún otro tiempo. Nada que esté más allá o más acá.
Nada más. En ninguna forma. Esto se lo puedes brindar al mundo entero y a todos
los pensamientos erróneos que se adentraron en él y permanecieron allí por un
tiempo. ¿De qué mejor manera se podrían llevar tus errores ante la verdad, mas
que estando dispuesto a llevar la luz del Cielo contigo, según te diriges más
allá del mundo de las tinieblas hacia la luz?
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