Los obstáculos a la paz
1. A medida que la paz
comience a extenderse desde lo más profundo de tu ser para abarcar a toda la
Filiación y ofrecerle descanso, se topará con muchos obstáculos. Algunos de ellos
los tratarás de imponer tú. Otros parecerán
provenir de otras partes: de tus hermanos o de diversos aspectos del mundo
externo. La paz, no obstante, los envolverá dulcemente a todos, extendiéndose
más allá de ellos sin obstrucción alguna. La extensión del propósito del
Espíritu Santo desde tu relación a otras personas para incluirlas amorosamente dentro
de ella, es la manera en que Él armonizará medios y fin. La paz que Él ha
depositado muy hondo dentro de ti y de tu hermano, se extenderá suavemente a cada
aspecto de sus vidas, rodeándolos a ambos de radiante felicidad y con la
sosegada certeza de que gozan de absoluta protección. Y ustedes llevarán su mensaje
de amor, seguridad y libertad a todo aquel que se acerque a su templo, donde la
curación le espera. No tendrán que esperar para darle esto, pues lo llamarán y
él les responderá, reconociendo en su llamada la Llamada a Dios. Y ustedes lo albergarán y le darán descanso
tal como se les dio a ustedes.
2. Harás todo esto. Para lograrlo, no obstante, la paz que ya mora
en lo más profundo de tu ser debe primero expandirse y transponer los
obstáculos que situaste ante ella. Esto es lo que harás, pues nada que se
emprenda con el Espíritu Santo queda inconcluso. No puedes estar seguro de nada
de lo que ves fuera de ti, pero de esto sí puedes estar seguro: el
Espíritu Santo te pide que le ofrezcas un lugar de reposo donde puedas
descansar en Él. Él te contestó y entró a formar parte de tu relación. ¿No te gustaría
corresponder a Su gracia y entablar una relación con Él? Pues fue Él Quien le
confirió a tu relación el regalo de la santidad, sin la cual te habría
resultado eternamente imposible apreciar a tu hermano.
3. Él solo te pide que
aceptes por Él la gratitud que le debes. Y cuando contemplas a tu hermano con
tierna benevolencia, lo estás contemplando a Él. Pues estás mirando allí donde
Él está, y no donde no está. No puedes ver al Espíritu Santo, pero
puedes ver a tus hermanos correctamente. Y la luz en ellos te mostrará todo lo
que necesites ver. Cuando la paz que mora en ti se haya extendido hasta abarcar
a todo el mundo, la función del Espíritu Santo aquí se habrá consumado. ¿Qué
necesidad habrá de ver entonces? Cuando Dios Mismo haya dado el paso final, el
Espíritu Santo reunirá todas las gracias que le hayas dado y toda la gratitud que
le hayas ofrecido, y las depositará dulcemente ante Su Creador en Nombre de Su
santísimo Hijo. Y el Padre las aceptará en Su Nombre. ¿Qué necesidad hay de ver en presencia de Su
Gratitud?
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