La luz de la
comunicación
1. La jornada que juntos emprendemos es el intercambio de la
obscuridad por la luz, y el de la ignorancia por el entendimiento. Nada que entiendas puede ser temible. Es solo
en la obscuridad y en la ignorancia donde percibes lo aterrador, y huyes de
ello para sumirte en una obscuridad todavía más tenebrosa. Mas solo lo que está
oculto puede aterrorizar, no por lo que es intrínsecamente, sino por el hecho
de estar oculto. Lo tenebroso es
aterrador porque no comprendes su significado. Si lo comprendieras estaría claro para ti, y
ya no estarías en la obscuridad. Nada
tiene un valor oculto, pues lo que está oculto no puede ser compartido, por lo
tanto, se desconoce su valor. Lo que
está oculto se mantiene aparte, pero el valor de algo reside siempre en el
aprecio que se le da conjuntamente. 9 Lo que está oculto no puede ser amado y,
así, sólo puede ser temido.
2. La serena luz en la que el Espíritu Santo mora dentro de ti es
sencillamente una luz donde todo está al descubierto, donde no hay nada oculto
y, por ende, donde no hay nada que temer. El ataque siempre cederá ante el amor si se
lleva ante éste y no se mantiene oculto de él. No hay tinieblas que la luz del amor no pueda
disipar, a menos que se mantengan ocultas de la influencia benéfica del amor. Lo que se mantiene fuera del alcance del amor
no puede compartir su poder curativo, pues ha sido separado de él y se ha
mantenido en la obscuridad. Los centinelas de la obscuridad lo vigilan
celosamente, y tú, que fabricaste de la nada a esos guardianes de lo ilusorio,
tienes ahora miedo de ellos.
3. ¿Vas a continuar otorgándole un poder imaginario a esas extrañas
ideas de seguridad? No son ni seguras ni
inseguras. No protegen ni tampoco
atacan. No hacen nada en absoluto, pues
no son nada en absoluto. En cuanto que
guardianes de las tinieblas y de la ignorancia no recurras a ellas a no ser que
quieras sentir miedo, pues lo que mantienen en la obscuridad es temible. Abandónalas, y lo que era temible dejará de
serlo. Sin la protección de la obscuridad, lo único que queda es la luz del
amor, pues solo éste tiene significado y solo él puede vivir en la luz. Todo lo
demás no puede sino desaparecer.
4. La muerte cede ante la vida, simplemente porque la destrucción no
es verdad. La luz de la inocencia
desvanece la culpa con su fulgor porque cuando se pone una al lado de la otra,
la verdad de una hace que la falsedad de la otra resulte perfectamente
evidente. No mantengas la culpa separada
de la inocencia, pues tu creencia de que puedes conservar las dos es
completamente absurda. Lo único que has
hecho al mantenerlas separadas es perder el significado de ambas al confundir
una con la otra. Y así, no te das cuenta
de que sólo una de ellas tiene sentido. La otra no tiene sentido en absoluto.
5. Has considerado la separación como un medio de interrumpir la
comunicación con tu Padre. El Espíritu
Santo la reinterpreta como un medio de restablecer lo que nunca se interrumpió,
pero sí se había velado. Él puede
valerse de todo lo que has fabricado para Su santísimo propósito. Él sabe que no estás separado de Dios, pero
percibe muchas cosas en tu mente que te hacen pensar que lo estás. De eso y solo de eso, es de lo que Él desea
apartarte. Te enseñará cómo usar a tu
favor el poder de decisión, que concebiste para substituir tu poder creador. Tú
que concebiste el poder de decisión para crucificarte a ti mismo, tienes que
aprender del Espíritu Santo cómo utilizarlo en beneficio de la santa causa de
la restauración.
6. Tú que hablas haciendo uso de símbolos turbios y engañosos no
entiendes el lenguaje que has inventado. No tiene sentido, pues su propósito no es
facilitar la comunicación, sino interrumpirla. Si el propósito del lenguaje es facilitar la
comunicación, ¿cómo puede tener sentido dicha lengua? Mas incluso este extraño
y tergiversado esfuerzo de querer comunicar no comunicando contiene suficiente
amor como para hacer que tenga sentido, si su intérprete no es su hacedor. Tú
que lo inventaste sólo estás expresando conflictos, y el Espíritu Santo quiere
liberarte de ellos. Pon en Sus manos lo que quieres comunicar. Él lo interpretará con perfecta claridad, pues
sabe con Quién estás en perfecta comunicación.
7. No sabes lo que dices, por lo tanto, no sabes lo que se te dice, pero tu Intérprete se da cuenta de lo que
quieres decir en tu extraño lenguaje. Él
no intentará comunicar lo que no tiene sentido, sino que separará todo lo que
lo tiene, descartando el resto, y les transmitirá a aquellos que verdaderamente
quieran comunicarse contigo lo que en verdad quieres comunicarles. Hablas dos lenguajes al mismo tiempo, lo cual
no puede sino ser algo ininteligible. Mas si uno de ellos no tiene sentido y el
otro lo tiene, solo este último puede utilizarse para la comunicación. El otro no haría sino obstruirla.
8. La única función del Espíritu Santo es facilitar la comunicación. Para poder restablecerla, por consiguiente,
tiene que eliminar todo lo que la obstaculizaría. Por lo tanto, no le ocultes nada que pudiera
obstruirla, pues Él no atacará a tus centinelas. Simplemente llévalos ante Él y permite que Su
dulzura te muestre que en la luz no son temibles y que no pueden servir de
guardianes de las tenebrosas puertas tras las cuales no hay nada que se encuentre
celosamente oculto. Abramos todas las puertas y dejemos que la luz entre a
raudales. En el templo de Dios no hay recintos
secretos. Sus puertas están abiertas de
par en par para recibir a Su Hijo. Nadie
puede dejar de acudir allí donde Dios lo ha llamado, a menos que él mismo le dé
la espalda a la bienvenida que le extiende su Padre.
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