La función del
tiempo
1. Y ahora, la razón por la que tienes miedo de este curso debiera ser
evidente. Pues éste es un curso acerca del amor, ya que es un curso acerca de
ti. Se te ha dicho que tu función en
este mundo es curar y que tu función en el Cielo es crear. El ego te enseña que tu función en la tierra
es destruir y que no tienes ninguna función en el Cielo. Quiere, por lo tanto, destruirte aquí y
enterrarte aquí, sin dejarte otra herencia que el polvo del que cree fuiste
“creado”. Mientras el ego se encuentra
razonablemente satisfecho contigo de acuerdo con sus razonamientos te ofrece el
olvido. Cuando se torna abiertamente despiadado, te ofrece el infierno.
2. No obstante, ni el olvido ni el infierno te resultan tan
inaceptables como el Cielo. Para ti, el Cielo es el infierno y el olvido, y
crees que el verdadero cielo es la mayor amenaza que podrías experimentar. Pues
el infierno y el olvido son ideas que tú mismo inventaste, y estás resuelto a
demostrar su realidad para así establecer la tuya. Si se pone en duda su realidad crees que se
pone en duda la tuya, pues crees que el
ataque es tu realidad y que tu destrucción es la prueba final de que tenías
razón.
3. Dadas las circunstancias, ¿no sería más deseable estar equivocado,
aparte del hecho de que, en efecto, lo estás? Aunque tal vez se podría argumentar que la
muerte indica que antes hubo vida, nadie sostendría que prueba que la vida
existe. Incluso la vida previa a la que
la muerte parece señalar, habría sido inútil si tan sólo hubiera desembocado en
la muerte y necesitara de ésta para probar que existió. Pones en duda el Cielo, pero no pones en duda
la muerte. No obstante, podrías sanar y ser sanado si la pusieras en duda. Y aunque no sabes lo que es el Cielo, ¿no
sería éste más deseable que la muerte? 7 Has sido tan selectivo con respecto a
lo que pones en duda como con respecto a lo que percibes. 8 Una mente receptiva
es mucho más honesta que eso.
4. El ego tiene una extraña noción del tiempo, y ésa podría muy bien
ser la primera de sus nociones que empiezas a poner en duda. Para el ego el pasado es importantísimo y, en
última instancia, cree que es el único aspecto del tiempo que tiene
significado. Recuerda que el hincapié que el ego hace en la culpa le permite
asegurar su continuidad al hacer que el futuro sea igual que el pasado, eludiendo
de esa manera el presente. La noción de pagar por el pasado en el futuro hace
que el pasado se vuelva el factor determinante del futuro, convirtiéndolos así
en un continuo sin la intervención del presente. Pues el ego considera que el presente es tan
sólo una breve transición hacia el futuro, en la que lleva el pasado hasta el
futuro al interpretar el presente en función del pasado.
5. El “ahora” no significa nada para el ego. El presente tan solo le recuerda viejas
heridas, y reacciona ante él como si fuera el pasado. El ego no puede tolerar
que te liberes del pasado, y aunque éste ya pasó, el ego trata de proteger su
propia imagen reaccionando como si todavía estuviera aquí. Dicta tus reacciones hacia aquellos con los
que te encuentras en el presente tomando como punto de referencia el pasado,
empañando así su realidad actual. De
hecho, si sigues los dictados del ego, reaccionarás ante tu hermano como si se
tratara de otra persona, y esto sin duda te impedirá conocerlo tal como
es. Y recibirás mensajes de él basados
en tu propio pasado porque al hacer que el pasado cobre realidad en el
presente, no te permitirás a ti mismo dejarlo atrás. De este modo, tú mismo te niegas el mensaje de
liberación que cada uno de tus hermanos te ofrece ahora.
6. De las sombrías figuras del pasado es precisamente de las que tienes
que escapar. No son reales, y no pueden
ejercer ningún dominio sobre ti a menos que las lleves contigo. Son las portadoras de las áreas de dolor que
hay en tu mente, y te incitan a atacar en el presente como represalia por un
pasado que ya no existe. Y esta decisión
te acarreará dolor en el futuro. A menos que aprendas que todo el dolor que
sufriste en el pasado fue una ilusión, estarás optando por un futuro de
ilusiones y echando a perder las múltiples oportunidades que el presente te
ofrece para liberarte. El ego quiere
conservar tus pesadillas e impedir que despiertes y te des cuenta de que
pertenecen al pasado. ¿Cómo podrías
reconocer un encuentro santo si lo percibes simplemente como un encuentro con
tu pasado? Pues en ese caso no te
estarías reuniendo con nadie, y compartir la salvación, que es lo que hace que
el encuentro sea santo, quedaría excluido de tu visión. El Espíritu Santo te enseña que siempre te
encuentras contigo mismo, y el encuentro es santo porque tú lo eres. El ego te enseña que siempre te encuentras con
tu pasado, y que debido a que tus sueños no fueron santos, el futuro tampoco lo
será y el presente no tiene ningún significado.
7. Es evidente que la percepción que el Espíritu Santo tiene del
tiempo es exactamente la opuesta a la del ego. La razón de ello es igualmente
clara, pues la percepción que ambos tienen del propósito del tiempo es
diametralmente opuesta. Para el Espíritu
Santo el propósito del tiempo es que finalmente se haga innecesario. El Espíritu Santo considera que la función del
tiempo es temporal, al estar únicamente al servicio de Su función docente que,
por definición, es temporal. Hace
hincapié, por lo tanto, en el único aspecto del tiempo que se puede extender
hasta el infinito, ya que el ahora es lo que más se aproxima a la eternidad en este
mundo. En la realidad del “ahora”, sin
pasado ni futuro, es donde se puede empezar a apreciar lo que es la
eternidad. Pues solo el “ahora” está
aquí, y solo el “ahora” ofrece las oportunidades de los encuentros santos en
los que se puede encontrar la salvación.
8. El ego, por otra parte, considera que la función del tiempo es
extenderse a sí mismo en lugar de extender la eternidad, pues, al igual que el
Espíritu Santo, el ego considera que el objetivo del tiempo es el mismo que el
suyo. El único propósito que el ego percibe en el tiempo es que, bajo su
dirección, haya continuidad entre pasado y futuro, y que el presente quede
excluido a fin de que no se pueda abrir ninguna brecha en su propia
continuidad. Su continuidad, por
consiguiente, te mantiene en el tiempo, mientras que el Espíritu Santo quiere
liberarte de él. La interpretación que
el Espíritu Santo hace de los medios para alcanzar la salvación es la que
tienes que aprender a aceptar si quieres compartir Su objetivo, que no es otro
que tu salvación.
9. Tú también interpretarás la función del tiempo según interpretes la
tuya. Si aceptas que tu función en el
mundo del tiempo es curar, harás hincapié únicamente en el aspecto del tiempo
en el que la curación puede tener lugar.
La curación no se puede llevar a cabo en el pasado. Tiene que llevarse a cabo en el presente para
así liberar el futuro. Esta
interpretación vincula el futuro al presente, y extiende el presente en vez del
pasado. Mas si crees que tu función es
destruir, perderás de vista al presente y te aferrarás al pasado a fin de asegurar
un futuro destructivo. Y el tiempo será
tal como tú lo interpretes, pues, de por sí, no es nada.
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