La negación de
Dios
1. Los ritos del dios de la enfermedad son extraños y muy estrictos. En
ellos la alegría está prohibida, pues la depresión es la señal de tu lealtad a
él. La depresión significa que has abjurado de Dios. Son muchos los que tienen
miedo de la blasfemia, mas no entienden lo que es. No se dan cuenta de que
negar a Dios es negar su propia Identidad, y en este sentido el costo del
pecado es la muerte. Esto es así en un sentido muy literal: negar la vida hace
que se perciba su opuesto, de la misma manera en que toda forma de negación
reemplaza lo que existe con lo que no existe. Nadie puede realmente hacer esto, aunque no cabe
la menor duda de que eres capaz de pensar que puedes y creer que lo has hecho.
2. Mas no te olvides de que negar a Dios dará lugar inevitablemente a
la proyección, y creerás que son otros y no tú, los que te han hecho esto a ti.
Es imposible que no recibas el mensaje que envías, pues ése es el mensaje que
quieres. Tal vez creas que juzgas a tus hermanos por los mensajes que ellos te
envían a ti, pero por lo que los juzgas es por los mensajes que tú les envías a
ellos. No les atribuyas tu propia negación de tu alegría, o no podrás ver en
ellos la chispa que te haría feliz. Negar la chispa conduce a la depresión,
pues siempre que ves a tus hermanos desprovistos de ella, estás negando a Dios.
3. Mantenerse fiel a la negación de Dios es la doctrina del ego. El
dios de la enfermedad obviamente exige la negación de la salud, ya que la salud
está en clara oposición a su propia supervivencia. Mas considera lo que esto
significa para ti. A menos que estés enfermo no puedes conservar los dioses que
inventaste, pues solo estando enfermo podrías desearlos. La blasfemia, por lo
tanto, es destructiva para el yo, pero no puede destruir a Dios. Blasfemar
significa que estás dispuesto a no conocerte a ti mismo a fin de estar enfermo.
Ésta es la ofrenda que tu dios exige,
pues, al ser éste producto de tu demencia, no es más que una idea demente. Y se manifiesta de muchas maneras, pero si
bien puede parecer ser muchas cosas diferentes no es sino una misma idea: la
negación de Dios.
4. Parece como si la enfermedad y la muerte hubiesen entrado en la
mente del Hijo en contra de la Voluntad del Padre. El “ataque a Dios” le hizo pensar a Su Hijo
que era huérfano, y como resultado de su depresión inventó al dios de la
depresión. Ésa fue su alternativa a la dicha
porque no estaba dispuesto a aceptar que, si bien era un creador, él mismo
había sido creado. El Hijo, sin embargo,
se encuentra desamparado sin su Padre, Quien constituye su única Ayuda.
5. Dije anteriormente que por tu cuenta no puedes hacer nada, pero tú
no existes por tu cuenta. Pues si existieras por tu cuenta, lo que has hecho
sería verdad y nunca te podrías escapar. Precisamente porque no te creaste a ti
mismo es por lo que no tienes que preocuparte por nada. Tus dioses no son nada
porque tu Padre no los creó. No puedes crear creadores que no sean como tu
Creador, de la misma forma en que Él no habría podido crear un Hijo que no
fuera como Él. Si la Creación es compartir, no puede crear lo que no es igual a
Ella Misma. Solo puede compartir lo que Ella es. La depresión es aislamiento,
por lo tanto, no pudo haber sido creada.
6. Hijo de Dios, no has pecado, pero sí has estado muy equivocado. No
obstante, eso puede corregirse y Dios te ayudará, pues sabe que no puedes pecar
contra Él. Lo negaste porque Lo amabas,
pues sabías que de reconocer tu amor por Él, no habrías podido negarle. Negarle significa, por lo tanto, que Lo amas y
que sabes que Él te ama a ti. Recuerda que tienes que haber conocido
previamente lo que niegas. Y si aceptas
la negación también puedes aceptar su des-hacimiento.
7. Tu Padre no te ha negado. Él
no toma represalias, pero sí te pide que retornes. Cuando piensas que Él no ha respondido a tu
llamada es porque tú no has respondido a la Suya. Te llama desde cada parte de la Filiación,
debido al amor que le profesa a Su Hijo. Si oyes Su mensaje Él te habrá respondido, y
te harás consciente de Él si escuchas debidamente. El Amor de Dios está en todo lo que Él creó,
pues Su Hijo está en todas partes. Contempla a tus hermanos en paz, y Dios no se
demorará ni un instante en llegar a tu corazón como muestra de agradecimiento
por la ofrenda que le haces.
8. No recurras al dios de la enfermedad para curar, sino solo al Dios
del Amor, pues curar significa que Lo has reconocido. Cuando Lo reconozcas sabrás que Él nunca ha
dejado de reconocerte y que en Su reconocimiento de ti radica tu existencia. No estás enfermo ni tampoco puedes morir. Pero
te puedes confundir a ti mismo con cosas que mueren. Recuerda, no obstante, que hacer eso es una
blasfemia, pues significa que estás contemplando sin amor a Dios y a Su
Creación, de la cual Él no puede estar separado.
9. Solo lo eterno puede ser amado, pues el amor no muere. Lo que es de Dios es Suyo para siempre, y tú
eres de Dios. ¿Cómo iba Él a permitirse
a Sí Mismo sufrir? ¿Y cómo iba a
ofrecerle a Su Hijo algo que no fuera aceptable para Él? Si te aceptaras tal como Dios te creó, sería imposible
que pudieras sufrir. Sin embargo, para
aceptarte tal como Dios te creó tienes que reconocerlo a Él como tu Creador. Esto no se debe a que de negarte a ello se te
fuese a castigar. Se debe simplemente a
que reconocer a tu Padre es reconocerte a ti mismo tal como eres. Tu Padre te creó completamente libre de
pecado, completamente libre de dolor y completamente a salvo de todo
sufrimiento. Si niegas a tu Padre
estarás invitando al pecado, al dolor y al sufrimiento a tu mente debido al poder
que Él le dio. Tu mente es capaz de
crear mundos, pero puede también negar lo que crea porque es libre.
10. No te das cuenta de cuánto te has negado a ti mismo ni de cuánto
Dios, en Su Amor, desea que no sea así. No obstante, Dios no interfiere en tus
decisiones porque no podría conocer a Su Hijo si éste no fuese libre. Interferir en tus decisiones sería atacarse a Sí
Mismo, y Dios no está loco. Cuando lo niegas a Él eres tú el que está loco. ¿Desearías que Él compartiera tu demencia? Dios nunca dejará de amar a Su Hijo y Su Hijo
nunca dejará de amar a su Padre. Ésa fue
la condición bajo la que la creación de Su Hijo tuvo lugar, la cual quedó
establecida para siempre en Su Mente.
Reconocer esto es cordura.
Negarlo, demencia. Dios se dio a
Sí Mismo a ti en tu creación, y Sus dones son eternos. ¿Te negarías, entonces,
a entregarte a Él?
11. Como resultado de las ofrendas que Le haces, se le restituirá el
Reino a Su Hijo. Su Hijo se excluyó a sí
mismo de Su don al negarse a aceptar lo que había sido creado para él y lo que
él había creado en el Nombre de su Padre. El Cielo espera su retorno, pues fue creado
para ser la morada del Hijo de Dios. No te sientes a gusto en ninguna otra parte
ni en ningún otro estado. No te niegues
la dicha que fue creada para ti a cambio de la infelicidad que tú mismo te has
labrado. Dios te ha proporcionado los
medios para que puedas des-hacer lo que has hecho. Escucha y aprenderás a
recordar lo que eres.
12. Si Dios sabe que Sus Hijos son completamente impecables, es una
blasfemia percibirlos como culpables. Si Dios sabe que Sus Hijos no pueden
sufrir dolor alguno, es una blasfemia percibir sufrimiento en cualquier parte. Si Dios sabe que Sus Hijos son completamente
dichosos, es una blasfemia sentirse deprimido. Todas estas ilusiones y las
múltiples formas que la blasfemia puede adoptar, son negativas a aceptar la
Creación tal como es. Si Dios creó a Su Hijo perfecto, así es como debes
aprender a considerarlo para que puedas conocer su realidad. Y como parte de la Filiación, así es como
tienes que considerarte a ti mismo para que puedas conocer la tuya.
13. No percibas nada que Dios no haya creado o lo estarás negando a
Él. Suya es la única Paternidad que
existe, y es tuya solamente porque Él te la dio. Las ofrendas que te haces a ti mismo no tienen
sentido, pero las ofrendas que les haces a tus creaciones son como las Suyas porque
las haces en Su Nombre. Por eso es por lo que tus creaciones son tan reales
como las Suyas. Con todo, la verdadera
paternidad tiene que ser reconocida si es que se ha de conocer al verdadero
hijo. Crees que las cosas enfermizas que
has fabricado son tus verdaderas creaciones porque crees que las imágenes
enfermizas que percibes son los Hijos de Dios. Solo aceptando la Paternidad de Dios tendrás
algo porque Su Paternidad te lo dio todo. Por eso es por lo que negarlo a Él es negarte
a ti mismo.
14. La arrogancia es la negación del amor porque el amor comparte y la
arrogancia no. Mientras ambas cosas te
parezcan deseables, el concepto de elección, que no procede de Dios, seguirá
contigo. Si bien esto no es verdad en la eternidad, en el tiempo lo es, de modo
que mientras el tiempo perdure en tu mente te verás obligado a elegir. El tiempo en sí es algo que tú elegiste. Si quieres recordar la eternidad, debes
contemplar solo lo eterno. Si permites que lo temporal te preocupe, estarás
viviendo en el tiempo. Como siempre, tu
elección estará determinada por lo que valores. El tiempo y la eternidad no pueden ser ambos
reales porque se contradicen entre sí. Solo con que aceptes lo intemporal como lo
único que es real, empezarás a entender lo que es la eternidad y a hacerla
tuya.
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