Cómo escapar de la obscuridad
1. Escapar de la obscuridad comprende dos etapas: Primera, el
reconocimiento de que la obscuridad no puede ocultar nada. Este paso
generalmente da miedo. Segunda, el reconocimiento de que no hay nada que desees
ocultar aunque pudieras hacerlo. Este paso te libera del miedo. Cuando ya no estés
dispuesto a ocultar nada, no solo estarás dispuesto a entrar en comunión, sino
que entenderás también lo que es la dicha y la paz.
2. La obscuridad, de hecho, jamás podría ocultar a la santidad, pero tú
puedes engañarte a ti mismo al respecto. Este engaño te hace temer porque te
das cuenta en tu corazón de que es un engaño, y realizas enormes esfuerzos por
establecer su “realidad”. El milagro sitúa a la realidad en el lugar que le
corresponde. Y a la realidad le corresponde estar únicamente en el Espíritu, y
el milagro reconoce únicamente la verdad. De este modo desvanece las ilusiones
que albergas con respecto a ti mismo, y te pone en comunión contigo mismo y con
Dios. El milagro se une a la Expiación al poner a la mente al servicio del
Espíritu Santo. Así se establece la verdadera función de la mente y se corrigen
sus errores, que son simplemente carencias de amor. Tu mente puede estar
poseída por ilusiones, pero el Espíritu es eternamente libre. Si una mente
percibe sin amor, percibe tan sólo un armazón vacío y no se da cuenta del
Espíritu que mora dentro. Pero la Expiación restituye el Espíritu al lugar que
le corresponde. La mente que sirve al Espíritu es invulnerable.
3. La obscuridad es falta de luz de la misma manera en que el pecado es
falta de amor. No tiene cualidades únicas propias. Es un ejemplo de la creencia
en la “escasez”, de la cual solo se pueden derivar errores. La verdad es
siempre abundante. Los que perciben y reconocen que lo tienen todo no tienen
necesidades de ninguna clase. El propósito de la Expiación es devolvértelo todo
o, más bien, devolverlo a tu conciencia. Se te dio todo cuando fuiste creado,
exactamente como se les dio a todos los demás.
4. El vacío que el miedo engendra tiene que ser substituido por el
perdón. Eso es lo que la Biblia quiere decir con “Ya no habrá muerte”, y por lo
que yo pude demostrar que la muerte no existe. Vine a dar cumplimiento a la Ley
al reinterpretarla. La Ley en sí, si se entiende correctamente, solo
ofrece protección. Son los que aún no han cambiado su manera de pensar quienes
han introducido en la Ley la idea de “las llamas del infierno”. Te aseguro que
daré testimonio a través de todo aquel que me lo permita y en la medida en que
me lo permita. Aquello de lo que das fe demuestra tus creencias y, de esta
manera, las refuerza. Aquellos que dan testimonio de mí están expresando, por
medio de los milagros que obran, que han dejado de creer en la carencia en
favor de la abundancia que han aprendido les pertenece.
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