Capítulo
21
RAZÓN Y
PERCEPCIÓN
Introducción
1.
La proyección da lugar a la percepción. El mundo que ves se compone de aquello con lo
que tú lo dotaste. Nada más. Pero si bien no es nada más, tampoco es menos. Por
ende, es importante para ti. Es el testimonio de tu estado mental, la imagen
externa de una condición interna. Tal como el hombre piense, así percibirá. No
trates, por lo tanto, de cambiar el mundo, sino elige más bien cambiar de
parecer acerca de él. La percepción es
un resultado, no una causa. Por eso es
por lo que el concepto de grados de dificultad en los milagros no tiene
sentido. Todo lo que se contempla a través de la visión es sano y santo. Nada
que se perciba sin ella tiene significado. Y donde no hay significado, hay
caos.
2.
La condenación es un juicio que emites acerca de ti mismo, y eso es lo que
proyectas sobre el mundo. Si lo ves como algo condenado, lo único que verás es
lo que tú has hecho para herir al Hijo de Dios. Si contemplas desastres y catástrofes, es que
has tratado de crucificarlo. Si ves
santidad y esperanza, es que te has unido a la Voluntad de Dios para liberarlo.
Éstas son las únicas alternativas que tienes ante ti. Y lo que veas dará
testimonio de tu elección y te permitirá reconocer cuál de ellas elegiste. El
mundo que ves tan solo te muestra cuánta dicha te has permitido ver en ti y
aceptar como tuya. Y si ése es su significado, el poder de dar dicha tiene
entonces que encontrarse en ti.
No hay comentarios:
Publicar un comentario