El instante santo
y las relaciones especiales
1. El instante santo es el recurso de aprendizaje más útil de que
dispone el Espíritu Santo para enseñarte el significado del amor, pues su
propósito es la suspensión total de todo juicio. Los juicios se basan siempre en el pasado,
puesto que tus experiencias pasadas constituyen su base. Es imposible juzgar sin el pasado, ya que sin
él no entiendes nada. Por lo tanto, no
intentarías juzgar porque te resultaría obvio que no entiendes el significado
de nada. Esto te da miedo, pues crees que sin el ego, todo sería caótico. Mas yo te aseguro que sin el ego, todo sería
amor.
2. El pasado es el principal recurso de aprendizaje del ego, pues fue
en el pasado cuando aprendiste a definir tus propias necesidades y cuando
adquiriste métodos para satisfacerlas de acuerdo con las condiciones que tú
mismo habías establecido. Hemos dicho que limitar el amor a una parte de la
Filiación produce culpa en tus relaciones y, por lo tanto, las vuelve irreales.
Si intentas aislar ciertos aspectos de la totalidad con vistas a satisfacer tus
imaginadas necesidades, estarás intentando valerte de la separación para
salvarte. ¿Cómo no iba a producirse
entonces culpa? Pues la separación es la
fuente de la culpa, y recurrir a ella para salvarte es creer que estás solo. Estar solo es ser culpable. Pues sentir que estás solo es negar la Unidad
entre Padre e Hijo y, de ese modo, atacar la realidad.
3. No puedes amar solo a
algunas partes de la realidad y al mismo tiempo entender el significado del
amor. Si amases de manera distinta de
como ama Dios, Quien no sabe lo que es el amor especial, ¿cómo ibas a poder
entender lo que es el amor? Creer que
las relaciones especiales, con un amor especial, pueden ofrecerte la salvación,
es creer que la separación es la salvación. Pues la salvación radica en la perfecta
igualdad de la Expiación. ¿Cómo puedes
pensar que ciertos aspectos especiales de la Filiación pueden ofrecerte más que
otros? El pasado te ha enseñado esto. Mas
el instante santo te enseña que no es así.
4. Todas las relaciones especiales contienen elementos de miedo debido
a la culpa. Por eso es por lo que están sujetas a tantos cambios y variaciones.
No se basan exclusivamente en el amor inmutable. Y allí donde el miedo ha hecho acto de
presencia no se puede contar con el amor, pues ha dejado de ser perfecto. El
Espíritu Santo, en Su función de Intérprete de lo que has hecho, se vale de las
relaciones especiales, que tú utilizas para apoyar al ego, para convertirlas en
experiencias educativas que apunten hacia la verdad. Siguiendo Sus enseñanzas, todas las relaciones
se convierten en lecciones de amor.
5. El Espíritu Santo sabe que nadie es especial. Mas percibe también que has entablado
relaciones especiales, que Él desea purificar y no dejar que destruyas. Por muy
profana que sea la razón por la que las entablaste, Él puede transformarlas en
santidad eliminando de ellas tanto miedo como le permitas. Puedes poner bajo Su cuidado cualquier
relación y estar seguro de que no será una fuente de dolor, si estás dispuesto
a ofrecérsela a Él para que no apoye otra necesidad que la Suya. Toda la culpa que hay en tus relaciones procede
del uso que haces de ellas. Todo el
amor, del uso que Él hace de ellas. No temas, por lo tanto, abandonar tus
imaginadas necesidades, las cuales no harían sino destruir la relación. La única necesidad que tienes es la Suya.
6. Si deseas substituir una relación por otra, es que no se la has
ofrecido al Espíritu Santo para que Él haga uso de ella. El amor no tiene substitutos. Cualquier intento de substituir un aspecto del
amor por otro significa que has atribuido menos valor a uno y más a otro. De esta forma, no solo los has separado, sino que los has
condenado a ambos. Mas tuviste que haberte condenado a ti mismo primero o, de
lo contrario, nunca habrías podido pensar que necesitabas que tus hermanos
fuesen diferentes de como son. A no ser que hubieses pensado que estabas falto
de amor, no se te habría ocurrido pensar que ellos estaban tan faltos de amor
como tú.
7. El uso que el ego hace de las relaciones es tan fragmentado, que
con frecuencia va aún más allá: una parte de un aspecto se ajusta a sus
propósitos, pero al mismo tiempo prefiere diferentes partes de otro aspecto. De
esta forma ensambla la realidad de acuerdo con sus caprichos, incitándote a que
vayas en busca de una imagen que no tiene contrapartida real. Pues no hay nada en el Cielo o en la tierra
que se parezca a ella y, así, por mucho que la busques, no podrás encontrarla
porque no es real.
8. Todo el mundo aquí en la tierra ha entablado relaciones especiales,
y aunque en el Cielo no es así, el Espíritu Santo sabe cómo infundirlas de un
toque celestial aquí. En el instante
santo nadie es especial, pues no le impones a nadie tus necesidades personales
para hacer que tus hermanos parezcan diferentes. Sin los valores del pasado, verías que todos
ellos son iguales y semejantes a ti, y
que no hay separación alguna entre ellos y tú. En el instante santo ves lo que
cada relación ha de ser cuando percibas únicamente el presente.
9. Dios te conoce ahora. Él no recuerda nada, pues siempre te ha
conocido exactamente como te conoce ahora. El instante santo refleja Su Conocimiento al
desvanecer todas tus percepciones del pasado y, de esta manera, eliminar el marco
de referencia que inventaste para juzgar a tus hermanos. Una vez que éste ha desaparecido, el Espíritu
Santo lo substituye con Su Propio marco de referencia, el cual es simplemente Dios. La
intemporalidad del Espíritu Santo radica solo en esto. Pues en el instante santo, el cual está libre
del pasado, ves que el amor se encuentra en ti y que no tienes necesidad de
buscarlo en algo externo y de arrebatarlo culpablemente de donde pensabas que
se encontraba.
10. Todas tus relaciones quedan
bendecidas en el instante santo porque la bendición es ilimitada. En el instante santo la Filiación se beneficia
cual una sola, y al quedar unida en tu bendición, se vuelve una para ti. El significado del amor es el que Dios le dio.
Atribúyele cualquier otro significado
que no sea ése y te será imposible entenderlo. Dios ama a cada uno de tus
hermanos como te ama a ti, ni más ni menos. Al igual que tú, tiene necesidad de
todos ellos por igual. Se te ha dicho que mientras estés en el tiempo obres
milagros tal como yo te indique y permitas que el Espíritu Santo te traiga aquellos
que te andan buscando. Mas en el instante santo te unes directamente a Dios, y
todos tus hermanos se unen en Cristo. Aquellos que están unidos en Cristo no están
separados en modo alguno. Pues Cristo es el Ser que la Filiación comparte, de
la misma manera en que Dios comparte Su Ser con Cristo.
11. ¿Crees que puedes juzgar al Ser de Dios? Dios Lo creó inmune a
todo juicio como resultado de Su necesidad de extender Su Amor. Puesto que el
amor se encuentra en ti, no tienes otra necesidad que extenderlo. En el
instante santo no hay conflicto de necesidades, ya que solo hay una necesidad. El instante santo se
extiende hasta la eternidad y hasta la Mente de Dios. Y únicamente ahí tiene
sentido el amor y únicamente ahí puede ser comprendido.
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