La condición de
la realidad
1. El mundo que percibes no pudo haber sido creado por el Padre, pues
el mundo no es como tú lo ves. Dios creó únicamente lo eterno, y todo lo que tú
ves es perecedero. Por lo tanto, tiene que haber otro mundo que no estás
viendo. La Biblia habla de un nuevo Cielo y de una nueva tierra, mas esto no
puede ser cierto en un sentido literal, pues lo que es eterno no puede volver a
ser creado. Percibir de manera diferente es sencillamente percibir de nuevo, lo
cual implica que antes, o en el ínterin, no estabas percibiendo en absoluto. ¿Cuál
es entonces el mundo que le espera a tu percepción cuando finalmente lo veas?
2. Todo pensamiento amoroso que el Hijo de Dios alguna vez haya tenido
es eterno. Los pensamientos amorosos que su mente percibe en este mundo
constituyen la única realidad de éste. Siguen siendo percepciones porque él
todavía cree estar separado. Mas son eternos porque son amorosos. Y al ser
amorosos son semejantes al Padre, por lo tanto, no pueden morir. El mundo real
ciertamente se puede percibir. Lo único que se requiere es que estés dispuesto
a no percibir nada más. Pues si percibes tanto el bien como el mal, estarás
aceptando lo falso y lo verdadero sin hacer una clara distinción entre ellos.
3. El ego tal vez vea algo bueno, pero nunca ve solo lo bueno. Ésa es
la razón de que sus percepciones sean tan variables. No rechaza la bondad por
completo, pues eso sería inaceptable para ti. Pero siempre añade a lo real algo
que no es real, confundiendo así la ilusión con la realidad. Pues las
percepciones no pueden ser parcialmente verdaderas. Si crees tanto en la verdad
como en la ilusión, no podrás saber cuál de ellas es cierta. Para establecer tu
propia autonomía trataste de crear de manera diferente de como crea tu Padre,
creyendo que lo que hiciste podía ser distinto de Él. No obstante, todo lo que
es verdad es como Él. Percibir únicamente el mundo real te conducirá al cielo
real, porque te capacitará para comprenderlo.
4. Percibir la bondad no es conocimiento, mas negar lo opuesto a la
bondad te permite reconocer una condición en la que los opuestos no existen. Y
ésta es la condición del Conocimiento. Sin esta conciencia no habrás satisfecho
sus condiciones, y hasta que no lo hagas no sabrás que ya dispones de él. Has
concebido muchas ideas que has interpuesto entre tu Creador y tú, y estas
creencias constituyen el mundo que percibes. La verdad no está ausente aquí,
pero está velada. No sabes cuál es la diferencia entre lo que tú has fabricado
y lo que Dios creó, y de este modo no sabes cuál es la diferencia entre lo que
has fabricado y lo que has creado. Creer que puedes percibir el mundo real es
creer que puedes conocerte a ti mismo. Puedes conocer a Dios porque Su Voluntad
es que se le conozca. De todo lo que has fabricado, el mundo real es lo único
que el Espíritu Santo ha conservado para ti, y la salvación consiste en
percibir únicamente eso, ya que es el reconocimiento de que la realidad es
únicamente lo que es verdad.
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